domingo, 27 de diciembre de 2020

EL 11 DECEPCIONES DE LA ÚLTIMA DÉCADA

 Al igual que este año 2020, en el que se esperaban grandes eventos deportivos como la Eurocopa y las Olimpiadas pero que ha sido muy decepcionante, los béticos también hemos sufrido muchos jugadores que generaron una alta expectativa pero que fracasaron en su labor. Aquí dejo el Once Decepciones del Betis 2011-2020.

Portería: Stephan Andersen

El portero danés vino para suplir a un tal Adrián San Miguel tras una grandísima temporada en la que nos clasificamos para Europa. Apuntaba a maneras, siendo además el portero titular de la selección de Dinamarca. Una cantada suya en pretemporada de aquel año 2013 nos avisó de que lo que venía no era nada bueno, pero aún era muy pronto. El resultado fue que un muñeco de entrenamiento se movía más que él, fue superado por un Guille Sara que lo único que tuvo que hacer fue moverse entre palo y palo para ser mejor, y acabó saliendo en enero a un equipo de la segunda división holandesa.

En el banquillo quedaría como portero suplente el actual tercer portero del equipo, Dani Martín, que no está de titular porque aún tengo esperanzas puestas en él. Espero no equivocarme…

Andersen haciendo una cantada tras otra. Fuente: marca.com


Laterales: Cristiano Piccini y Dídac Vila

Los laterales de la defensa se los quedan dos hombres que vinieron como salvadores de esta posición pero que no cumplieron ni de lejos. Por la derecha, Piccini llegó en la temporada 2014-2015, en Segunda División, para lesionarse a las primeras de cambio y quedarnos cojos todo el curso. Jugó el partido del ascenso y poco más. Posteriormente, se recuperó para Primera, pero lo único que hacía correr como pollo sin cabeza. Sin saber defender, ni centrar, ni encarar, jugaba porque sencillamente no había otro. Al año siguiente se vendió al Sporting de Portugal y todos celebramos incluso haberle sacado algo de dinero. Más adelante consiguió la Copa del Rey con el Valencia de forma inexplicable.

El caso de Dídac Vila es aún más grave. Tras haber hecho una gran temporada en el Espanyol, llegó en la temporada 2013-2014 a préstamo por el Milan. Venía como la gran promesa del lateral izquierdo, el fichaje adecuado para esa posición, pero sus 12 partidos en Liga, en los que tan solo dio una asistencia, nos abrieron los ojos para ver el fracaso de tío que habíamos pillado. Después se fue el Eibar donde hizo menos todavía, y regresó al Espanyol donde dejó su mejor fútbol, aunque haya consumado otro descenso en su palmarés.

En el banquillo podrían esperar Juanfran por la derecha y Álex Martínez por la izquierda, grandes promesas los dos que solo nos hicieron llorar por los costados.

Centrales: José Antonio Caro y Paulao

Debo reconocer que esta ha sido la posición más difícil, y es que en el Betis nunca hemos tenido centrales que generaran una mínima expectativa. En el caso de Caro, venía despuntando en la cantera y subió rápidamente al primer equipo, pero en las oportunidades que tuvo demostró que no valía para Primera División. Pocos minutos y poco rendimiento, se fue al Córdoba y después al Albacete, donde ha sido algo más regular. Actualmente juega en Croacia.

En cuanto a Paulao, la expectativa que generó fue con los primeros partidos como verdiblanco, donde dejó grandes detalles como defensor, especialmente de cabeceador. Pero una vez pasó la temporada 2011-2012, donde vino en enero, se convirtió en un calvario en las dos siguientes, dejando grandes goles en propia puerta y pidiendo ser cambiado porque no estaba concentrado. Histórico.

Pocos centrales más he podido sacar que fueran decepcionantes. Quizá Héctor Rodas, que llegó en invierno de la temporada de Segunda División, venía para dar competencia a Jordi Figueras y Bruno, pero no lo consiguió.

Paulao pidiendo el cambio porque se dio cuenta de que es malísimo. Fuente: number1sport.es


Mediocentro defensivo: Javier Matilla

Una vez han leído este nombre, ya pueden llorar. Y es que Matilla vino como promesa nacional procedente de un Villarreal que no le daba suficientes minutos. Quizá le dio demasiados. La primera temporada fue tan desastrosa que se fue cedido al Murcia a la siguiente. No contentos con eso, decidimos quedárnoslo hasta darnos cuenta de que no valía ni de recogepelotas. Sin salida de balón, ni recuperación, ni posición, sacó a más de uno de quicio y nos pudimos liberar de la gran promesa nacional.

En el banquillo podría esperar Didier Digard, que llegó con galones de la liga francesa pero que, para resumir rápido, no hizo ni el huevo.

Centro del campo: Ryad Boudebouz y Joan Verdú

Llegamos a mi parte favorita, el centro del campo. Dos futbolistas que vinieron con la garantía de ser el timón del Betis. Obviamente, no fue así. En el caso de Boudebouz, fue la gran promesa que nunca llegó. Que si tenía que adaptarse, que si se lesiona, que si necesita más minutos… Incluso alguno todavía piensa que era aprovechable. Tres goles y tres asistencias en una temporada y media (2017-2018) para alguien que, sencillamente, no daba un pase.

Y qué decir de Joan Verdú. Llegó como el sustituto de Beñat, y razones no le faltaban. Fue un grandísimo futbolista en el Espanyol. ¿Pero qué tienen todos los jugadores que vienen del Espanyol, que hacen grandes temporadas allí y aquí no saben darle a la pelota? Si aquella temporada 2013-2014 fue un fracaso, fue porque jugadores como Verdú crearon una expectativa que ni de lejos llegaron a cumplir. Dos goles y dos asistencias en la temporada del descenso, pocos kilómetros en el campo y mucho morro. Actualmente juega en Tercera División.

El banquillo sí que estaría repleto de mediocentros: el polivalente Jonas Martin (no valía en ninguna posición), el chileno Felipe Gutiérrez, Darko Brasanac o Wilfried Kaptoum, la estrella de la cantera del Barcelona que acaba de fichar para la MLS con tan solo 24 años.

Extremos: Takashi Inui y Rafael Van der Vaart

En el Betis hemos hecho grandes fichajes, y dos de ellos sin duda fueron Inui y Van der Vaart. El japonés vino gratis procedente del Eibar en el que era la estrella, y se marcó un mundial de 2018 espectacular. Nos empezábamos a frotar las manos, e incluso el Betis abrió una cuenta de Twitter en japonés para la gran masa asiática que se venía. Vaya decepción. Lo único que hizo fue perder balones cuando intentaba encarar a alguien. Duró media temporada en la que jugó 8 partidos en liga, 2 de Copa y 4 de Europa League, sin ningún gol y con solo una asistencia… en la Copa.

Pero la gran estrella de las decepciones es él. ÉL. Con mayúsculas. Porque sí, porque era el mayor de los fichajes realizados hasta la fecha. Y no por precio, ya que costó 3 millones. Pero Rafael Van der Vaart era de lo mejorcito que venía en aquella temporada 2015-2016. Era evidente que no iba a ser el jugador del Real Madrid, Ajax o Tottenham, pero sí podía ser un grandísimo futbolista. El resultado, sin embargo, fue todo lo contrario: 7 partidos en liga, 178 minutos, sin goles ni asistencias. Lo que más se recuerda fue que, en uno de sus pocos partidos como titular, se fue a los 15 minutos al vestuario sin dar explicaciones ni previo aviso. De locos.

En el banquillo esperaría un Diego Lainez que actualmente no ha cumplido con aquello que se presuponía. No importa, ya está acostumbrado a estar en este lugar…

La foto de la decepción. Fuente: efe.com


Delantero centro: Leo Baptistao

Otro futbolista que jugó de cine en el Espanyol (en este caso, a posteriori) y que aquí no hizo nada. Llegó en invierno como salvador de la temporada 2013-2014 para meter goles como churros, pero aquel año no lo hubieran salvado ni Messi y Cristiano juntos. Hubo que pagar por su cesión pero merecía la pena. Un triste gol en los 17 partidos que jugó en Liga y uno en los 4 que jugó en Europa League. No es que tuviera culpa de aquel descenso, pero esperábamos más goles y, ciertamente, más movimiento en el área. Bastante flojito para el rendimiento que dio después.

Para el banquillo me quedo con Álex Alegría, que vino de la cantera y bajaba los balones de cine, pero luego no los metía en la portería. Sanabria también podría entrar en este once, pero prefiero darle un voto más de confianza, que para algo es nuestro delantero actual.